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La Ideología del Libre Mercado Está Lejos de su Fin
Escrito por beu   
viernes, 26 de septiembre de 2008
Economía25-09-2008

Naomi Klein, The Guardian/Znet

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Sea cual sea el significado de los eventos de esta semana, nadie debiera creer las afirmaciones exageradas de que la crisis del mercado representa la muerte de la ideología del “libre mercado.” La ideología del libre mercado ha servido siempre los intereses del capital, y su presencia sube y baja según su utilidad para esos intereses.

Durante los tiempos de la bonanza, es rentable predicar el laissez faire, porque un gobierno ausente permite que se inflen las burbujas especulativas. Cuando esas burbujas revientan, la ideología se convierte en un obstáculo, y se adormece mientras el gran gobierno parte al rescate. Pero tranquilizaos: la ideología volverá con toda su fuerza cuando los salvatajes hayan terminado. Las masivas deudas que el público está acumulando para rescatar a los especuladores pasarán entonces a formar parte de una crisis presupuestaria global que será la justificación para profundos recortes en programas sociales, y para un nuevo ímpetu para privatizar lo que queda del sector público. También nos dirán que nuestras esperanzas de un futuro verde son, lamentablemente, demasiado costosas.

Lo que no sabemos es como reaccionará el público, Hay que considerar que en Norteamérica todo el que tiene menos de 40 años creció mientras se le decía que el gobierno no puede intervenir para mejorar nuestras vidas, que el gobierno es el problema no la solución, que el laissez faire es la única opción. Ahora, repentinamente, vemos a un gobierno extremadamente activista, intensamente intervencionista, aparentemente dispuesto a hacer cualquier cosa que sea necesaria para salvar de ellos mismos a los inversionistas.

Este espectáculo provoca necesariamente la pregunta: ¿si el Estado puede intervenir para salvar a corporaciones que tomaron riesgos imprudentes en los mercados de la vivienda, por qué no puede intervenir para impedir que millones de estadounidenses sufran inminentes ejecuciones hipotecarias? De la misma manera, si 85.000 millones de dólares pueden ser puestos a disposición instantáneamente para comprar al gigante de los seguros AIG ¿por qué la atención sanitaria de pagador único – que protegería a los estadounidenses de las prácticas depredadores de las compañías de seguro de salud – parece ser un sueño tan inalcanzable? Y si cada vez más corporaciones necesitan fondos públicos para permanecer a flote ¿por qué no pueden los contribuyentes exigir a cambio cosas como topes a la paga de ejecutivos, y una garantía contra más pérdidas de puestos de trabajo?


Etiquetas:  Crisis Libre mercado capitalismo
Modificado el ( viernes, 26 de septiembre de 2008 )
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El Negocio de Matar de Hambre
Escrito por beu   
viernes, 04 de julio de 2008

EconomíaGRAIN - ALAI, América Latina en Movimiento

2008-05-07

Desde Haití hasta Camerún, pasando por Bangladesh, la gente se ha lanzado a las calles llevada por la rabia de no poder ya comprar alimentos. Hay dirigentes mundiales que reclaman más ayuda alimentaria ante el temor de una agitación política, así como más fondos y tecnología para aumentar la producción agrícola. Mientras, los países exportadores de cereales cierran sus fronteras para proteger sus mercados internos, a la vez que otros se ven forzados a comprar por el pánico a la escasez. ¿Auge de precios? No. ¿Escasez de alimentos? Tampoco. Nos encontramos en medio de un colapso estructural, consecuencia directa de tres décadas de globalización neoliberal.

Desde hace varios meses, una verdadera tormenta por el alza del costo de los alimentos en todo mundo le ha caido a familias, gobiernos y medios de comunicación. El precio del trigo aumentó 130% en el último año. (1) El del arroz se duplicó en Asia, tan solo en los últimos tres meses [2], al tiempo que alcanzó aumentos récord en el mercado de futuros de Chicago hace apenas una semana [3]. El aumento en espiral del costo del aceite comestible, de frutas y verduras, sin mencionar los lácteos y la carne, ha provocado una disminución del consumo de los mismos durante casi todo el año 2007. Desde Haití hasta Camerún, pasando por Bangladesh, la gente se ha lanzado a las calles llevada por la rabia de no poder ya comprar alimentos. Hay dirigentes mundiales que reclaman más ayuda alimentaria ante el temor de una agitación política, así como más fondos y tecnología para aumentar la producción agrícola. Mientras, los países exportadores de cereales cierran sus fronteras para proteger sus mercados internos, a la vez que otros se ven forzados a comprar por el pánico a la escasez. ¿Auge de precios? No. ¿Escasez de alimentos? Tampoco. Nos encontramos en medio de un colapso estructural, consecuencia directa de tres décadas de globalización neoliberal.

El sector agrícola tuvo en todo el mundo una producción récord de 2.300 millones de toneladas de granos en 2007, un 4% más que el año anterior. Desde 1961, la producción mundial de cereales se ha triplicado, mientras que la población se ha duplicado. Es cierto que las reservas están en el nivel más bajo de los últimos 30 años [4]. Pero, en resumidas cuentas, se produce suficiente cantidad de alimentos en el mundo. Sin embargo, no llega a quienes los necesitan. La gente consume directamente menos de la mitad de la producción mundial de granos. La mayor parte de esa producción se utiliza para consumo animal y cada vez más para biocombustibles a través de cadenas industriales en gran escala. De hecho, una vez atravesada la fría cortina de las estadísticas, es posible darse cuenta de que algo está fundamentalmente mal con nuestro sistema alimentario. Hemos permitido que los alimentos sean transformados de algo que alimenta a las personas y les asegura el sustento, en una simple mercancía para la especulación y los negocios. La lógica perversa de este sistema ha llegado a un punto crítico. Salta a la vista la manera en que beneficia a los inversionistas por sobre las necesidades alimenticias de la gente.


Etiquetas:  Economía Neoliberalismo Hambre Especulación
Modificado el ( viernes, 04 de julio de 2008 )
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Cómo EEUU financia órganos de prensa de todo el mundo para comprar influencia mediática
Escrito por beu   
lunes, 16 de junio de 2008

Libertad de ExpresiónJeremy Bigwood, In These Times

Traducción: Ernesto Carmona, Red Voltaire

7 de junio de 2008

Las campañas domésticas de propaganda como «el fiasco de los gurúes del Pentágono» resultaron expuestas al escarnio público. Los grandes medios emplearon a oficiales militares de alta graduación para escribir «análisis» sobre la guerra en Iraq. Pero se descubrió que tenían lazos con empresas contratistas del Pentágono interesadas en la prosecución de la guerra.

Libaneses de Beirut observan ALhurra

Libaneses de Beruit observan Alhurra, una red de televisión en lengua árabe financiada por EEUU. En árabe, el nombre del canal satelital significa «el libre».

Debajo del radar, está fermentando otro escándalo del periodismo: el gobierno de EEUU está financiando secretamente a medios de noticias y periodistas extranjeros. Reparticiones públicas como el departamento de Estado, el departamento de Defensa, la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (US Agency for International Development, USAID), el Fondo Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy, NED), el Consejo Superior de Radiodifusión (Broadcasting Board of Governors, BBG) y el Instituto de EEUU para la Paz (US Institute for Peace, USIP), financian el "desarrollo de los medios" en más de 70 países.

La revista In These Times descubrió que estos programas mantienen a centenares de organizaciones no gubernamentales extranjeras (ONGs), periodistas, políticos, asociaciones de periodista, medios informativos, institutos de mejoramiento de periodistas y facultades académicas de periodismo. El tamaño de los aportes puede extenderse desde algunos miles a millones de dólares.

"El tema que estamos enseñando es la mecánica del periodismo, así sea prensa escrita, televisión o radio", explicó Paul Koscak, portavoz de la USAID. "Cómo hacer una historia, cómo escribir balanceadamente..., todo ese tipo de cosa que usted esperaría de un verdadero profesional de prensa".

Pero alguna gente, especialmente fuera de EEUU, tiene un punto de vista diferente.

"Pensamos que la verdadera intención oculta en estos programas de desarrollo de los medios son los objetivos de la política exterior [estadounidense]", argumentó un diplomático venezolano de alto nivel que pidió no ser identificado. "Cuando el objetivo es cambiar un régimen, estos programas han demostrado ser instrumentos para desestabilizar gobiernos democráticos elegidos que Estados Unidos no apoya".

Isabel MacDonald, directora de comunicaciones de Fairness and Accuracy in Reporting (FAIR) –Imparcialidad y Transparencia en la Información–, un observatorio de medios de Nueva York sin fines de lucro, también tiene una visión crítica. "Éste es un sistema que, a despecho de su profesada adhesión a las normas de la objetividad, a menudo trabaja contra la verdadera democracia" –dijo– "apoyando la disensión sofocante y sin discriminar la información falsa que resulta útil a los objetivos de la política exterior de EEUU".


Etiquetas:  EEUU Medios de comunicación Libertad de expresión
Modificado el ( lunes, 16 de junio de 2008 )
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