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Cuando las patentes huelen a muerte PDF Imprimir E-Mail
Escrito por beu   
martes, 12 de abril de 2005
Mario Pena (Noticias) - 28/03/2005

En India se han aprobado las patentes sobre medicamentos por orden de la OMC. La vida de miles de personas del tercer mundo dependían de que India no aprobase dicha ley. Ahora su vida pende del caprichoso hilo de la codicia.

Muchas veces nos preguntamos cual es el precio real de las cosas. En el caso de los medicamentos nos sorprendemos al descubrir que alguien se lucra, se beneficia de la desgracia de otros y es tan evidente que la nueva ley que prohibe en la India la fabricación de medicamentos genéricos copiados ha reabierto el debate.

Esto es evidente, y que conste que no me gusta mucho esa palabra, cuando se acaba de aprobar en el parlamento de Nueva Delhi la ley que establece la obligatoriedad de las patentes en los medicamentos de acuerdo con las reglas de la OMC (Organización Mundial del Comercio). Otra resulta de la ?liberalización? de la economía. No nos engañemos, las farmecéuticas no están aquí para ?curar? sin más, sino para sacar pasta a los más desgraciados. Ya era demasiado que esos tercermundistas obtuvieran cuarenta veces más barato el medicamento que tanto nos cuesta aquí en el mundo ?desarrollado?.

Entonces a vueltas con las patentes. Básicamente existe una patente sobre combinar varios medicamentos en una única pastilla. Como India no tenía esa ley de patentes, podía combinarlos sin pagar ?derechos? y ofrecer un medicamento más barato, o mejor dicho, un medicamento a un precio más justo o más realista. Cuarenta veces menos el precio que tenemos aquí, da para medicar a muchas personas que carecen de los recursos económicos del mundo ?desarrollado?.

¿Y todo esto porqué? Pues por lo de siempre, por el dinero. Resulta que hace poco una famosa serie de televisión que trata sobre médicos y cuyo nombre no voy a mencionar, sacó a colación en uno de sus capítulos precisamente este tema. Que los mismos medicamentos que en EEUU cuestan 10.000 ? 15.000 euros por persona al año, en India cuestan 200 euros. Y todo porque en el mundo ?civilizado? se mantienen las patentes. Muchos sistemas sanitarios empobrecidos, como el propio Español seguramente se plantean el motivo por el cual hay que pagar 10.000 euros por algo que realmente costaría 200. Es una pregunta lógica y más lógico es preguntarse ¿a quién va a parar los otros 9.800 euros? La respuesta no puede ser más evidente: a las multinacionales poseedoras de las patentes, claro, y que además, casualidad de la vida, son las que más influyen en las decisiones de la OMC .

Metiendo el invento de patentes absurdas como el combinar varios medicamentos distintos en una única pastilla, apoyados además en la familiar y tendenciosa muletilla de calificar esta actividad de India como ?piratería?, cuando el sentido común y la lógica dicen justo lo contrario; no sólo logran las grandes compañías justificar sus precios, sino que compiten desde ese momento con aquellos que antes tenían el mercado del tercer mundo copado. No importa, sólo son tercermundistas los que morirán o no se podrán beneficiar de nuevos y mejores medicamentos. Esos no tienen voz en los medios ¿verdad? ¡Sólo se les escucha durante breves minutos tras un tsunami que arrasa 300.000 vidas y luego se les olvida!

Sólo niños, mujeres, padres, hijos e hijas y madres los que morirán gracias a las grandes industrias farmacéuticas y a su ?desinteresada? defensa de las patentes (porque al creador hay que pagarle eternamente en agradecimiento a su creación, no importa que esté aupado a hombros de gigantes).

Y en ese gran ejercicio de hipocresía, ni ONUs ni gobiernos mueven un dedo y sólo podemos intentar apaciguar el escalofrío que nos recorre la espina dorsal y preguntarnos si serán los señores directivos de la OMC los que irán en persona informando a los enfermos de SIDA del tercer mundo que van a morir ya que no son capaces de pagar el precio que ellos mismos establecen con sus leyes liberales. Y recordemos en este punto que no pocas fórmulas ancestrales han sido ?patentadas? por grandes industrias farmacéuticas, obligando incluso a algunas tribus a pagar por los medicamentos que llevaban usando durante siglos... y todo gracias al gran y lucrativo invento de las patentes.

Las patentes huelen a muerte y los que las defienden se me antojan gente que prefiere el dinero a toda costa a salvar su propia alma de venderla al exigente demonio de la codicia.

Así que cuando alguien dice que aunque algo es muy caro que hay que pagar porque sí, preguntemosles: ¿cuánto de ese dinero se va en patentes, derechos y demás intermediarios innecesarios y absurdos? Hay unos pocos que se embolsan todo el dinero, ni siquiera son capaces de repartirlo, lo atesoran en sus lujosas mansiones y aviones privados. Yo al menos ya no les admiro, porqué sé lo que son.

En fin, no se crean todo lo que leen. Puede que les estén mintiendo. Incluso yo puedo estar equivocado, pero por ahora tienen la libertad de informarse. Informense, duden, y piensen siempre en los más desfavorecidos, ...al menos les debemos eso.
 
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