Ignacio Ramonet, Mail & Guardian, Rebelíon Traducido por Rosa Moro, del Departamento África de la Fundación Sur. 03-02-2008 Lo inimaginable ha pasado, para disgusto de la arrogante Europa. África, que se pensaba que es tan pobre que estaría de acuerdo con cualquier cosa, ha dicho no, con orgullo rebelde. No a la camisa de fuerza de los Acuerdos de Asociación Económica, EPA’s, no a la completa liberalización del comercio, no a las últimas manifestaciones del pacto colonial. Ocurrió en diciembre, en el segundo encuentro África Europa, en Lisboa, donde el principal objetivo era obligar a los países africanos a firmar los nuevos acuerdos de comercio, antes del 31 de diciembre de 2007, de acuerdo con la convención de Cotonou, del año 2000, que concluye los acuerdos de Lomé de 1975. Bajo éstos, los artículos provenientes de las antiguas colonias en África, el Caribe y el Pacífico son importadas dentro de la Unión Europea, más o menos, libre de impuestos, excepto para los productos como el azúcar, la carne, y las bananas, que suponen un problema para los productores europeos. La Organización Mundial del Comercio ha insistido en que estos convenios preferenciales sean desmantelados o reemplazados por acuerdos comerciales basados en la reciprocidad, alegando que esta es la única manera de que los países africanos puedan continuar perteneciendo a los diferentes acuerdos. La Unión Europea, optó por el mercado completamente libre enmascarado en los EPA’s. Así, los 27 pedían a los países del África, Caribe y Pacífico que permitiesen que los productos y servicios de la Unión Europea entrasen en sus mercados libres de impuestos. El Presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, denunció estas tácticas represivas, se negó a firmar y salió furioso. El de Suráfrica, Thabo Mbeki, inmediatamente apoyó su postura y el de Namibia, Sam Nujoma, también decidió no firmar, (valientemente, ya que un aumento en los impuestos aduaneros en la Unión Europea hará que sea imposible para Namibia exportar o seguir produciendo carne de vaca). Incluso el Presidente francés, Nicolas Sarkozy, que había hecho unas declaraciones inoportunas en Dakar, en julio de 2007, apoyó a los países más fuertemente opuestos a estos acuerdos, alegando que él estaba a favor de la globalización, pero no de la expoliación de los países a los que ya no queda nada. Etiquetas: África Unión Europea Imperialismo Económico |